Este año se echó de menos la presencia del fantasma de la profesora Mari Cruz que conocía y contaba como nadie las historias de terror del instituto Iturralde. Su cuerpo y su espíritu nos han abandonado (no sabemos por qué) y nos han dejado un hueco imposible de llenar. El público de este año no se comportó lo bien que debería, pero un espíritu burlón y terrible los amenazó con una guadaña, señalándolos y avergonzándolos para el resto de sus días. Menos mal que los valientes narradores, algunos de ellos terroríficamente disfrazados, nos contaron algunas historias que nos helaron la sangre y perdurarán para siempre en nuestra memoria.
Leer el artículo de Garcilaso me ha emocionado. Yo he hecho una adaptación personal en mi Ies de nuestra actividad del Itu pero nadie más lo ha hecho y os tenido en la mente y el sentimiento todo el tiempo conmigo. Así que no es verdad que me haya ido.
ResponderEliminarLa verdad es que he estado con vosotros tanto en la preparación como en la realización de la actividad pero, como vosotras no creéis en los fantasmas, no me habéis visto.
Sí hubierais mirado atentamente detrás del telón del teatro, me hubierais encontrado con los ojos húmedos entre la monja y el señor vestido de época.
Muchas gracias por tus palabras y por tenerme en el corazón.
Besos para todos y, en espacial, para ti
M. Cruz