“Al fin y al cabo, la literatura no es más que un tipo
que está en su casa y se pone a escribir en pijama. Este individuo obstinado
escribe y escribe, sin parar, hasta que consigue terminar un libro. Después
otro sujeto lo imprime, otro lo distribuye y, al final del recorrido, siempre
aparece otro, también en su casa, que se pone a leer sin zapatos, con los pies
encima de la mesa. Esto es el fenómeno literario. Pare usted de contar. Tipos
cansados, con ojeras, que escriben en pijama. Mujeres adormiladas en un vagón
de tren. Hombres que se descalzan para leer más cómodos. Niños absortos en un
rincón del patio durante el recreo.”
Manual de literatura para caníbales (2006).
Esta entrada es para
recomendar a mis alumnos (espero que alguno me haga caso) la lectura de dos libros atípicos sobre literatura
española. El primero que ya tiene algunos años,
Manual de literatura para caníbales, es una historia novelada de
los dos últimos siglos; el segundo
recién salido de la imprenta, La Literatura explicada a los asnos ,
supone el punto de vista de un escritor sobre ciertos autores de la literatura española. Ambos manuales de divulgación nos acercan a este arte de una forma crítica,
novedosa y libre. Con ellos se aprende
al mismo tiempo que se disfruta. Mejor, sin ninguna duda, el primero.
Manual de literatura para caníbales
Rafael Reig, gran
admirador de García Márquez y de Cien años de soledad, toma como punto de partida la historia de la
familia Belinchón, marcada por la desgracia desde que un antepasado aprendiera
a leer y escribir, a principios del siglo XIX. Desde entonces les domina el
ansia caníbal por leer y escribir la obra maestra de su generación, pero al
mismo tiempo les da la oportunidad de conocer y frecuentar a los mejores
escritores de cada tiempo. Por los ojos del lector pasan los ornitorrincos
sublevados (los románticos), los pacientes paquidermos (los realistas), los
albatros a pie (los modernistas), las termitas y su estrategia (la generación
del 98) y otros tantos especímenes literarios que alcanzan hasta nuestros días.
Además, cada capítulo finaliza con algunos ejercicios prácticos para el
lector, unas lecturas recomendadas y
propuestas didácticas cargadas también de ironía. Para Reig novelistas y
poetas son siempre caníbales, porque «se devoran unos a otros» y porque «en
general, no leen los libros: se los comen». Más adelante dirá: «La Historia de
la Literatura no es más que un bestiario, un recuento de animales feroces que
se devoran unos a otros». Sólo así se explica que cada movimiento se
identifique con un animal.
El libro, subversivo, absurdo y malintencionado, está sazonado de jugosas anécdotas entre la ficción y la realidad. Se trata en realidad de una parodia de los manuales: bajo esa estructura cerrada se descubre una novela. Reig apenas deja títere con cabeza en el panorama literario, aunque los hay que salen mejor y peor parados. Se ensaña especialmente con Zorrilla, con Ortega y Gasset, con Azorín, con Camilo José Cela y con Javier Marías, escritores que aparecen llenos de envidia y de soberbia, dispuestos a conseguir el éxito a cualquier precio.
El libro, subversivo, absurdo y malintencionado, está sazonado de jugosas anécdotas entre la ficción y la realidad. Se trata en realidad de una parodia de los manuales: bajo esa estructura cerrada se descubre una novela. Reig apenas deja títere con cabeza en el panorama literario, aunque los hay que salen mejor y peor parados. Se ensaña especialmente con Zorrilla, con Ortega y Gasset, con Azorín, con Camilo José Cela y con Javier Marías, escritores que aparecen llenos de envidia y de soberbia, dispuestos a conseguir el éxito a cualquier precio.
La Literatura explicada a los asnos
La Literatura explicada a los asnos nace con la voluntad de difundir las
grandes obras de la literatura española, bajar a los clásicos del pedestal,
liberarlos del santuario y hacer ver al público que no son el coto exclusivo de
las ratas de biblioteca. José Ángel Mañas, conocido autor de Historias del
Kronen, se adentra en el terreno de
la literatura sin los prejuicios de un profesor pero con sus filias y sus
fobias (“bajo su punto de vista” como él
mismo afirma), con un lenguaje llano y
referentes próximos, para darle un repaso a los clásicos españoles y lograr despertar el interés del público más
joven. Como dato curioso al autor le gusta más El Lazarillo que El Quijote e
incluye el cine y el cómic.
El provocador titulo
se refiere a todo el mundo. Bertolt
Brecht tenía sobre su escritorio un borrico de madera con un cartel que decía
“Hasta yo lo debo entender”. Esta es la voluntad del libro: explicar la
literatura de tal manera que todo el mundo la pueda entender.
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