domingo, 19 de diciembre de 2010

Abre fácil, Bovary y Lady Gaga

Tengo pocas habilidades manuales, lo reconozco. Cuando leo que algún producto tiene abre fácil ya me pongo de los nervios. Todo empezó con ese invento del diablo llamado tetrabrick y la línea de puntos, no había manera de abrirlo ni con las manos ni con las tijeras sin que se derramara la leche. Siguieron los paquetes de jamón con una esquina que era imposible despegar. Destapar una lata tirando de la arandela me resulta tan difícil como utilizar un abrelatas sofisticado que no sea el explorador. Hasta tengo problemas para cerrar un tuperware de los buenos: es imposible encajar una parte con otra. Cuando nadie me ve, asesino los plásticos con un cuchillo rompiendo toda esta cadena de inventos que nos imposibilita la vida cotidiana.
Todo esto viene a cuento de las dificultades que tengo en el instituto para utilizar las TIC y los medios audiovisuales, que no sé si se deben tanto a mi impericia como al desastroso mantenimiento que presentan (véanse los cómics de este blog), pero nada fue comparable con lo que ocurrió el 15 de diciembre cuando intenté poner la película pirateada de Claude Chabrol, Madame Bovary. Vale, está mal que piratee, pero es que no la encontré en ningún sitio. 1) Nos cambiamos de clase. Después de pedir la llave en conserjería, abrir el armario y conectar todos los cables, el reproductor no reconocía el dvd. Total :10 minutos perdidos. 2) Vuelvo a consejería a pedir un ordenador portátil. Después de miles de maniobras, ese ordenador, vaya usted a saber por qué, no tenía conexión con el cañón. Otros 10 minutos. 3) Vuelvo a pedir otro portátil, volvemos a hacer las conexiones. Esta vez si funciona, pero la pantalla está muy oscura porque hay mucha luz. Desplegamos una cortina y justo en ese momento nos damos cuenta de que no hay bafles y, por tanto, no hay sonido. Otros diez minutos. Mientras yo iba y venía maldiciendo al mundo, los alumnos de bachiller empezaron a dar muestras de que en ellos habita un alumno de 2º de la ESO, sobre todo si se ha ido a un concierto de Lady Gaga. Resultado: siete paseos, cabreo considerable, juramentos en checheno, clase perdida y a punto de quedarme gagá del todo. A pesar de todo, como sé que no se van a leer la novela completa y tengo que prepararles lo mejor que pueda para saltar las vallas de la selectividad, decidí poner un original de una serie inglesa con el mismo decorado que una película de Jane Austin, pero con una actriz más cercana a la edad de nuestra protagonista. Antes había colocado con la ayuda de un compañero un reproductor que leía piratas, pero que el segundo día se tragó el dvd original y no había manera de sacarlo. Esta vez estaba preparada, no perdí ni un minuto: teníamos un original de recambio. Como alguien me diga que poner vídeos en clase es una forma de escaquearse del trabajo, lo mato.

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