Max Aub escribió estos microrrelatos en México en 1957. El autor afirmaba que el ser humano es bueno por naturaleza, porque si matáramos cada vez que lo hemos pensado, el mundo estaría lleno de cadáveres. Los crímenes, impregnados de humor y amargura, deben servir de ejemplo y de escarmiento para los pesados congéneres que nos ponen a prueba cada día. La Literatura se presenta así como un juego surrealista que nos libera de nuestros fantasmas. Los crímenes literarios evitarán cometer los reales.
Mis alumnos de 4º de la ESO lo han comprendido muy bien y se han convertido en ingeniosos asesinos en serie. Aquí dejo algunos de muestra.
Esos tíos pesados, que cuando tenéis una
comida con toda la familia, te preguntan todo de tu vida, por el novio, el
instituto, los amigos… Pues ya no lo volverán a preguntar. El veneno les calló
para siempre.
Jessica
López Medina
Dijo que estaba muerta de sueño, y yo sólo
quería que sus sueños se hicieran realidad.
Me dijo el profesor que si no estudiaba, no
tendría ningún futuro. De pronto, se me quitó la pereza. Él tampoco tendrá
futuro.
Lucía
Delgado
Nunca se callaba. Ahora seguro que guardará
silencio…
Me dijo: tú me haces volar. Yo le di un
empujoncito; pero, al parecer, mentía.
Lourdes
Godoy
Siempre me decía que debía romper la
monotonía, que debía probar cosas nuevas. Ya veis, al final, decidí hacerle
caso.
Tenía una voz chillona, demasiado aguda. De esto
no tenía culpa la pobre, pero es que no callaba nunca. Su voz me taladraba en
los oídos, estar con ella era como pasear junto a una obra. Todo el mundo decía
que no callaba ni debajo del agua. Debo decir que, tras unos minutos, esta afirmación
quedó invalidada.
Sara Beret
Vale, sí, le clavé una estaca en el corazón,
pero es que me quería morder el cuello.
La verdad es que su muerte fue una gran
coincidencia. Yo me había comprado un ataúd y no tenía a nadie a quien
enterrar.
Cobrar por un asesinato. ¡Venga ya! Yo lo hago
gratis.
Fernando
Alva
Estaba constantemente hablando de fiambres,
que si de pollo, que si de jamón. Al final, lo convertí en uno.
Un día me pidió prestado un bolígrafo. Al día
siguiente, un destornillador. Al tercer día le presté un cuchillo. Ya no me lo
tendrá que devolver.
Ángel
Casado
No sé porqué, pero desde que me cargué a mi
profesor de matemáticas, tengo matrículas en las demás asignaturas.
Es raro que ningún profesor entre en clase
cuando yo estoy, ¿Qué clase de persona creen que soy?
José
Alexis Bravo
Eran las tres de la mañana y yo quería dormir,
pero mi vecina de arriba tenía otros planes. Había estado bailando y llevaba en
los pies el ritmo de de la música con los malditos tacones puestos. Iba de un
lado para otro de la casa. Así que decidí hacerle una visita. Soy una buena
vecina. Accidentalmente, sus tacones acabaron clavados en su cabeza.
Alejandra
Lorenzo
Me ganó la partida de cartas con trampas, pero
ahora no podrá disfrutar de las ganancias.
Se enfadó conmigo y no me quiso perdonar.
Ahora ya estamos en paz, sobre todo, él.
Luz
Roca
Me encontraba en el autobús cuando entró una
señora mayor. Hasta aquí, todo normal, pero resulta que nadie le ofrecía
asiento. Así que hice lo que todo buen ciudadano haría, maté al más joven para
que cediera su asiento. ¡Da gusto ser un buen ciudadano!
Diego
Rodrigo
El verano estábamos mi primo Juan y yo
bañándonos en la playa. Vi venir una ola gigantesca y me agarré tan fuerte a su
cuello que se quedo florando en el mar. ¿Qué le echen la culpa a la ola!
Andrea
Alonso
La miré, nos miramos. La saludé, no me saludó,
pasó de mí. Ya no lo podrá hacer más.
Julia
Hernández
Ya sé que es mi hermano y a los hermanos hay
que quererlos mucho, pero me obligó a sacar a la perra cuando le tocaba a él.
Lo malo es que a partir de ahora tendré que sacarla todos los días.
Marta
Jarillo
Siempre estaba haciendo con sus mocos bolitas
para luego pegarlos por ahí.. Yo no pretendía que se desangrara al cortarle la
mano.
Erica
Calvo
Era un bonito día, el típico para salir con
una amiga a ver qué novedades hay por el barrio. Caminando las dos cogidas del
brazo, vimos un grupo de chicos que llamó nuestra atención. Me distraje, tropecé
y caí al suelo. Ella no me sujetó y fingió cara de preocupación. El destino
me dejó
el camino preparado para que el accidente mortal le ocurriera a ella.
Alexandra
Petre
Era una mañana fría de invierno. Yo me sentía
diferente al resto de la clase, nadie era de mi agrado, todos me caían
mal. En realidad, el problema era mío,
no suyo. No lo pude evitar, en mitad de la clase, mientras la profesora de
Historia explicaba la 2ª Guerra Mundial, uno de mis compañeros dijo una tontería
con su voz repelente. Sin llamar la
atención, cogí dos lápices recién afilados y se los clavé. Estaba sentado justo
delante de mí. Después de aquello, me empecé a sentir mejor con todo el mundo.
Laura
Cobos
Ser asesino debe estar bien pagado. ¿Dónde
está mi dinero?
¿Matar por dinero? ¡Ja!. Yo la maté por amor
Juan Díez
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