domingo, 3 de abril de 2011

La metaliteratura y Cortázar


Según Darío Villanueva, la metaliteratura se puede definir como “el discurso narrativo que trata de sí mismo, que narra como se está narrando”. Dicho en términos aun más escuetos, en sentido estricto, la metaliteratura es la literatura que trata de literatura. Según esta definición, en las obras que se adscriben a esta tendencia se reflexiona sobre el proceso mismo de la narración, se citan a otros autores u obras y se recrean cuestiones estrictamente literarias. Este tipo de juego se puede comparar con ejemplos de pintura dentro de la pintura, con los juegos de espejos barrocos, etc., o con escenas de cine dentro del cine (La rosa púrpura del Cairo, por ejemplo).

Este rasgo está muy presente en multitud de novelas contemporáneas, desde la Rayuela de Cortázar, en la que la mitad de la obra es una reflexión sobre las circunstancias en las que se forja la otra mitad del relato, hasta Señas de identidad de Juan Goytisolo. aunque es verdad que ha existido desde casi siempre como puede verse ya en el Quijote, el Tristram Shandy, Niebla o el Ulises de Joyce).

Cap. 34 de Rayuela
"En setiembre del 80, pocos meses después del fallecimiento
Y las cosas que lee, una novela, mal escrita, para colmo
de mi padre, resolví apartarme de los negocios, cediéndolos
una edición infecta, uno se pregunta cómo puede interesarle
a otra casa extractora de Jerez tan acreditada como la mía;
algo así. Pensar que se ha pasado horas enteras devorando
realicé los créditos que pude, arrendé los predios, traspasé
esta sopa fría y desabrida, tantas otras lecturas increíbles,
las bodegas y sus existencias, y me fui a vivir a Madrid."


En este capítulo se claramente que hay dos historias, dos hechos, el par y la impar.
Lo que sucede en este vanguardista capítulo, es que Horacio, el protagonista másculino de Rayuela toma un libro de un autor por el que no siente devoción: Galdós. Se propone leerlo, pero comienza a pensar. Cortázar, por lo tanto, intercala los pensamientos del protagonista entre cada una de las líneas escritas por Galdós.




Continuidad de los parques
En este relato, que precisamente trata de la lectura de una novela, se observan muchas de las características fundamentales de este subgénero narrativo: brevedad, sencillez, intensidad, final sorprendente... El protagonista lee una novela en un sillón donde el asesino se aproxima, progresivamente, a su víctima, que a su vez lee una novela en un sillón en un escenario idéntico.

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