viernes, 8 de abril de 2011

Pasión universal por la lectura: Balzac y la costurera china


Balzac y la costurera china, Dai Sijie (2002)
Dos adolescentes chinos son enviados a una aldea perdida en las montañas del Fénix del Cielo, cerca de la frontera con el Tíbet, para cumplir con el proceso de «reeducación» implantado por Mao Zedong a finales de los años sesenta. Soportando unas condiciones de vida infrahumanas, con unas perspectivas casi nulas de regresar algún día a su ciudad natal, todo cambia con la aparición de una maleta clandestina llena de obras emblemáticas de la literatura occidental. Así pues, gracias a la lectura de Balzac, Dumas, Stendhal, los dos jóvenes descubrirán un mundo repleto de poesía, sentimientos y pasiones desconocidas, y aprenderán que un libro puede ser un instrumento valiosísimo a la hora de conquistar a la atractiva Sastrecilla, la joven hija del sastre del pueblo vecino.
Así descubren la pasión por la lectura (págs. 86-147):
“Nos acercamos a la maleta. Estaba atada con una gruesa cuerda de paja trenzada, anudada en cruz. En el interior, montones de libros se iluminaron bajo nuestra linterna eléctrica y los grandes escritores occidentales nos recibieron con los brazos abiertos: a su cabeza estaba nuestro mejor amigo Balzac, con cinco o seis novelas, seguido de Víctor Hugo, Sthendal, Dumas, Flaubert, Baudelaire, Rousseau, Tolstói, Gogol. Dostoievski y algunos ingleses: Dickens, Kipling, Emily Brönte...
¡Qué maravilla! Tenía la sensación de que iba a desvanecerme en las brumas de la embriaguez. Sacaba las novelas de la maleta de una en una, las abría, contemplaba los retratos de los autores y se los pasaba a Luo. Al tocarlas con la yema de los dedos me parecía que mis manos , que se habían vuelto pálidas, estaban en contacto con vidas humanas”.

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