jueves, 20 de marzo de 2014

Taller de escritura: Crímenes ejemplares

Max Aub escribió estos microrrelatos en México en 1957. El autor afirmaba que el ser humano es bueno por naturaleza, porque si matáramos cada vez que lo hemos pensado, el mundo estaría lleno de cadáveres. Los crímenes, impregnados de humor y amargura,  deben servir de ejemplo y de escarmiento para los pesados congéneres que nos ponen a prueba cada día. La Literatura se presenta así como un juego surrealista que nos libera de nuestros fantasmas. Los crímenes literarios evitarán cometer los reales.

Mis alumnos de 4º de la ESO lo han comprendido muy bien y se han convertido en ingeniosos asesinos en serie. Aquí dejo algunos de muestra. 

Esos tíos pesados, que cuando tenéis una comida con toda la familia, te preguntan todo de tu vida, por el novio, el instituto, los amigos… Pues ya no lo volverán a preguntar. El veneno les calló para siempre.
Jessica López Medina

Dijo que estaba muerta de sueño, y yo sólo quería que sus sueños se hicieran realidad.

Me dijo el profesor que si no estudiaba, no tendría ningún futuro. De pronto, se me quitó la pereza. Él tampoco tendrá futuro.
Lucía Delgado

Nunca se callaba. Ahora seguro que guardará silencio…

Me dijo: tú me haces volar. Yo le di un empujoncito; pero, al parecer, mentía.
Lourdes Godoy

Siempre me decía que debía romper la monotonía, que debía probar cosas nuevas. Ya veis, al final, decidí hacerle caso.

Tenía una voz chillona, demasiado aguda. De esto no tenía culpa la pobre, pero es que no callaba nunca. Su voz me taladraba en los oídos, estar con ella era como pasear junto a una obra. Todo el mundo decía que no callaba ni debajo del agua. Debo decir que, tras unos minutos, esta afirmación quedó invalidada.
Sara Beret

Vale, sí, le clavé una estaca en el corazón, pero es que me quería morder el cuello.

La verdad es que su muerte fue una gran coincidencia. Yo me había comprado un ataúd y no tenía a nadie a quien enterrar.

Cobrar por un asesinato. ¡Venga ya! Yo lo hago gratis.
Fernando Alva

Estaba constantemente hablando de fiambres, que si de pollo, que si de jamón. Al final, lo convertí en uno.

Un día me pidió prestado un bolígrafo. Al día siguiente, un destornillador. Al tercer día le presté un cuchillo. Ya no me lo tendrá que devolver.
Ángel Casado

No sé porqué, pero desde que me cargué a mi profesor de matemáticas, tengo matrículas en las demás asignaturas.

Es raro que ningún profesor entre en clase cuando yo estoy, ¿Qué clase de persona creen que soy?
José Alexis Bravo

Eran las tres de la mañana y yo quería dormir, pero mi vecina de arriba tenía otros planes. Había estado bailando y llevaba en los pies el ritmo de de la música con los malditos tacones puestos. Iba de un lado para otro de la casa. Así que decidí hacerle una visita. Soy una buena vecina. Accidentalmente, sus tacones acabaron clavados en su cabeza.
Alejandra Lorenzo

Me ganó la partida de cartas con trampas, pero ahora no podrá disfrutar de las ganancias.

Se enfadó conmigo y no me quiso perdonar. Ahora ya estamos en paz, sobre todo, él.
Luz Roca

Me encontraba en el autobús cuando entró una señora mayor. Hasta aquí, todo normal, pero resulta que nadie le ofrecía asiento. Así que hice lo que todo buen ciudadano haría, maté al más joven para que cediera su asiento. ¡Da gusto ser un buen ciudadano!
Diego Rodrigo

El verano estábamos mi primo Juan y yo bañándonos en la playa. Vi venir una ola gigantesca y me agarré tan fuerte a su cuello que se quedo florando en el mar. ¿Qué le echen la culpa a la ola!
Andrea Alonso

La miré, nos miramos. La saludé, no me saludó, pasó de mí. Ya no lo podrá hacer más.
Julia Hernández

Ya sé que es mi hermano y a los hermanos hay que quererlos mucho, pero me obligó a sacar a la perra cuando le tocaba a él. Lo malo es que a partir de ahora tendré que sacarla todos los días.
Marta Jarillo

Siempre estaba haciendo con sus mocos bolitas para luego pegarlos por ahí.. Yo no pretendía que se desangrara al cortarle la mano.
Erica Calvo

Era un bonito día, el típico para salir con una amiga a ver qué novedades hay por el barrio. Caminando las dos cogidas del brazo, vimos un grupo de chicos que llamó nuestra atención. Me distraje, tropecé y caí al suelo. Ella no me sujetó y fingió cara de preocupación. El destino
 me dejó el camino preparado para que el accidente mortal le ocurriera a ella.
Alexandra Petre

Era una mañana fría de invierno. Yo me sentía diferente al resto de la clase, nadie era de mi agrado, todos me caían mal.  En realidad, el problema era mío, no suyo. No lo pude evitar, en mitad de la clase, mientras la profesora de Historia explicaba la 2ª Guerra Mundial, uno de mis compañeros dijo una tontería con su voz repelente.  Sin llamar la atención, cogí dos lápices recién afilados y se los clavé. Estaba sentado justo delante de mí. Después de aquello, me empecé a sentir mejor con todo el mundo.
Laura Cobos

Ser asesino debe estar bien pagado. ¿Dónde está mi dinero?

¿Matar por dinero? ¡Ja!. Yo la maté por amor
Juan Díez


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